domingo, 27 de noviembre de 2011

In Memoriam Luis Estañ Yago




El pasado 23 de noviembre de 2011, falleció nuestro compañero Luis Estañ Yago, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia. Nunca olvidaremos tu simpatía y gran personalidad.




Transcribimos el artículo recientemente publicado por Jose Luis Martí Martinez, profesor nuestro en Grado Medio (Primaria) durante el curso 68/69:




"Conocí a Luis en 1968. Él tenía 8 años y yo era su maestro en clase. Seguimos relacionándonos de forma muy estrecha durante tres años más : yo llevaba el grupo scout, en donde él era el Guía de la patrulla “Lobos”. Después, yo dejé la enseñanza y le perdí el rastro. En Abril de 2007 lo localicé, buscando en Internet y, desde entonces, hemos mantenido una irregular, pero densa, correspondencia, hilvanando recuerdos y fotografías, con mensajes que ocupaban varias hojas. Quiero compartir algo de ello con vosotros (los que escribís en este Obituario y lo recordáis como profesor, amigo o compañero), para que completéis vuestra visión del personaje, de su calidad humana, con aquellos rasgos que yo observaba cuando él era un chaval entre los 8 y los 11 años. En ese trasiego de mensajes cruzados, hace cuatro años le hice una semblanza de su perfil cuando era niño, seis hojas, y se las remití; extraigo ahora algunas de sus líneas : “Luis era una persona desenfadada, divertida, bromista, resuelta, espontánea y, a la vez, muy noble y leal, … Responsable, sensible, generoso… Contigo se podía contar siempre, para lo que fuera,… Sociable, con un liderazgo natural, basado en cualidades que los demás reconocían en ti…. Sabías enfrentar problemas –que para ti no eran tales-, dándoles salida con desenvoltura… Eras creativo, ingenioso.. Sincero, decías lo que pensabas, sin prejuicios,… y sin perjuicio al respeto que debías a acuerdos y normas… No eras exigente, tenías capacidad para amoldarte a lo que había,.. y si no había otra solución posible (si había, intentabas alcanzarla)… Vivías cada momento con entrega, de tal forma que no era difícil que se te olvidaran otros asuntos, absorto como estabas... Optimista, alegre… Te sonrojabas cuando algo no habías hecho bien… Mencionabas a tu hermana con cariño y sentido de protección; te divertía hablar de ella… Intrépido en las acampadas, valorabas también el riesgo… Te gustaba disfrutar de la vida, sin rehuir responsabilidades y trabajos, pero con tiempo para todo… Eras espontáneo y transparente… En vacaciones, con 9 años, me escribías cartas a máquina y contabas tus conquistas… Eras una persona autónoma, con criterio propio… En las pruebas de habilidad, confiaba plenamente en ti : eras dúctil y ágil; optimista, no rehuías los retos, a los que tu entusiasmo me quería arrastrar… Tenías una cierta capacidad histriónica… Los scouts teníamos el compromiso de hacer una “B.A.” (Buena Acción) diaria : tú te las anotabas en una libretita que no tenías reparo en enseñarme…”Cuando Luis cumplió 18 años, le envié una felicitación que decía : "A Luis, chaval irónico y guasón, descuidado y poco amigo de formalidades, independiente, veraz, ingenioso, una pizca autosuficiente y confiado, ... y a ese otro Luis que supongo distinto pero aún se parecerá en algo al que conocí, le deseo un feliz futuro… en esos 18 años que marcan la frontera entre el chico y el hombre..”Al reanudar nuestra relación, en 2007, me encontré con un Luis que no desmerecía en nada la línea de conducta que yo había observado en él 36 años atrás : Generoso, hospitalario, abierto a los demás, insistía en invitarme a pasar unos días en la “Casica La Cruz”, o a cenar en su casa en navidades, o a que le llamara por teléfono “siempre QUE QUISIERA” (y lo ponía en mayúsculas para, según él, “que me lo tomara en serio”). Hablaba con pasión de su trabajo, en cuya actividad decía pasárselo “genial” y en donde hacía “buenos amigos”, aunque a veces, entre clases, exámenes, viajes, reuniones, … “volvía a casa hecho polvo” : las elecciones a Decanato, su tarea como Secretario de la Facultad, lo encantador que era el personal de administración y servicios, su disfrute llevando las relaciones con los alumnos (que le servían “para entender mejor sus problemas,.. ya que eso me hubiera gustado que me lo hicieran a mí como alumno”), el “proceso de Bolonia”, su interés en actualizarse acudiendo a otras universidades en donde se estaba experimentando una modalidad nueva de examinar a los alumnos mediante pruebas objetivas, el orgullo y agradecimiento que sentía de ser padrino de una promoción, el tiempo que dedicaba a la preparación de “diapos”, informes o artículos para publicar, la satisfacción que le producía dirigir tesis, la independencia que siempre mantenía en sus charlas, conferencias o artículos, siendo fiel a la ciencia, y ajeno a condicionantes ideológicos o comerciales de los patrocinadores, a los que él agradecía respetaran siempre su objetividad, que imponía como requisito previo; el “encaje de bolillos” que tuvo que hacer cuando los de 6º sacaron su calendario o para que la “Fiesta de la Orla” se celebrase fuera de la Facultad,… En el ámbito familiar, hablaba con pasión de sus hijos, de los que me decía la suerte que había tenido de que “le salieran tan buenos”, que “sólo le daban satisfacciones”. A ellos les contaba historias, “como un abuelo Cebolleta” decía, como aquella de que, con 10 años, sin definir aún su vocación futura, quiso que le inscribiera en el curso de Primeros Auxilios de la F.E.S.S., acudiendo a todas sus clases (con la excepción de la de partos, que los organizadores consideraron podría impresionar a un menor), siendo felicitado por ser el más joven diplomado de esta modalidad en España. Me decía, me decía … tantas cosas, que me honraba ser receptor de ellas, con la misma alegría y satisfacción “de quien dejó hace años un tierno brote y ahora lo ve convertido en robusto árbol, extendiendo sus ramas hacia los demás”: esto le escribí en Septiembre de 2007 (una de las dos ocasiones en que lo vi personalmente como adulto). Todo ello, y muchos más asuntos, eran objeto de mención en sus ilusionadas cartas.Le debía carta hace ya meses. Tenía un montón de cosas que decirle, y un recorte de prensa para enviarle sobre Sanidad y Universidad, y direcciones de páginas web que creía le interesarían, y el libro del centenario de su cole que tenía pendiente de entregarle, y … No nos escribíamos de cumplido y nuestras comunicaciones eran extensas. Me han quedado muchas cosas por decirle que hoy ya no tienen destinatario.A Luis, “Lince” era su alias en los scouts, le debemos el ejemplo. Quizás, había interiorizado firmemente ese espíritu scout que recibimos 40 años atrás cuando cantábamos, en todas nuestras salidas, el “Himno de los Exploradores Españoles” (“Seréis, para ser buenos, mejores cada día : con este faro y guía, cumplid vuestro deber. Siempre adelante, cumpliendo alegres nuestro deber. Siempre avanzando, nada hay distante, que es humillante retroceder”), o las palabras que, todos los años leíamos, del “Ultimo Mensaje” de su fundador (“Tratad de dejar el mundo en mejores condiciones de cómo lo encontrasteis”). En su última carta me decía que, en los scouts aprendió “algunas de las cosas que me han servido en esta vida, como la lealtad, la sinceridad y la honradez,… y que con esfuerzo se consigue casi todo”. Pero yo le había escrito mucho tiempo atrás que todo lo que en él había arraigado en su maduración como persona era consecuencia de –e ironizaba con el rótulo de algunas ambulancias- “tener un buen S.V.B., “soporte vital básico” –genético y adquirido-, sobre el que se podía construir cualquiera cosa buena con variedad de interesantes posibles desarrollos”.Un afectuoso saludo a todos los que hoy honráis su memoria, y un abrazo muy fuerte a “Cuca”, Elena, Luis y a las dos Mavi –madre e hija-


Jose Luis Martí Martinez - Noviembre 2011"




¡Hasta siempre, Luis!


13 comentarios:

Armando Parodi dijo...

Y ahora es cuando a uno se le queda la cara, primero de tonto, después de desolación.
Hasta siempre, Luis.

Cristina dijo...

Gran persona y mejor amigo. Triste y multitudonaria despedida. Hasta siempre Luis. Cristina Perez Guillot.

Juan Carlos Mira dijo...

Hasta siempre Luis, buen amigo y compañero. Juan Carlos Mira

ANYELINA dijo...

cuando me llamaron para decirme lo que te habia pasado no me lo podia creer .siempre estaras en mi recuerdo con esa simpatia esa sonrisa,esa alegria que llenaba los sitios donde estabas y por ser una GRAN PERSONA.
ANYELINA

Anónimo dijo...

... Y yo que te dije, la última noche que cenamos juntos, que la vida eran tres dias... A buen seguro que más alla de las estrellas donde estas, no habrá noche para ti que engalane la amistad que todos te profesamos.
Un abrazo en la inmensidad.
JOSE LUIS CORDOBA

maristas1975 dijo...

La Iglesia estaba llena, fue muy triste el cura no paraba de llorar, se ve que lo conocía, al darle el pésame a su madre le dije que era una antigua compañera de COU, y me dijo que le recordáramos siempre como el era con su sonrisa, siempre amable y cariñoso con todos, que cierto es. Siempre se portó conmigo con mucho cariño, preocupándose siempre por los demás, y mira, el ya se ha ido. En fin, no hay derecho a esto, la gente no se puede ir tan pronto.
Todavía no me puedo creer que ya no lo veremos más. Sigo muy afectada. Espero que poco a poco estos sentimientos se vayan apaciguando.
Cari.

maristas1975 dijo...

........nada va a enturbiar el recuerdo tan maravilloso que tengo de él.
Luisa.

maristas1975 dijo...

Siento muchísimo esa triste noticia. Me acuerdo de él como si fuera el otro día.
Luis Vi

maristas1975 dijo...

La noticia difícilmente podría ser peor. Su fallecimiento nos ha afectado a mi mujer y a mí sensiblemente.
Carlos Torres

maristas1975 dijo...

......me he quedado impresionada.
Anabel.

maristas1975 dijo...
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Susana dijo...

Me he enterado de su fallecimiento casualmente, por internet y estoy muy impresionada. Hace casi 30 años que no sabía de él,por circunstancias de la vida,y su sonrisa y lo que transmitían sus ojos han perdurado y perdurarán en el tiempo. Nunca te olvidaré, que pena...

maristas1975 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.